Por: Dra. Beatriz Katz
Una nueva promoción de profesionales acaba de finalizar recientemente su Formación Psicopedagógica en Gordon Academic College of Education-Haifa; dicha capacitación habilita oficialmente a insertarse en el mundo de la docencia.
Llevo decenas de años dedicados a esta bendecida profesión, tanto en Israel como en el extranjero, impartiendo capacitaciones, formación y actualización docente, y desarrollando proyectos educativos; sin embargo, esta es la primera vez que comparto algunas evidencias y conclusiones producto de la experiencia y las enriquecedoras vivencias que fui sumando.
Innovación y preparación para un mundo cambiante
En nuestro mundo en constante y acelerada evolución, las grandes transformaciones tecnológicas plantean la necesidad de repensar el sentido y la naturaleza de la profesión docente y las nuevas formas de concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje. En este marco, me he centrado a fin de conocer cuáles son las competencias que los docentes necesitan para afrontar de manera satisfactoria los nuevos retos profesionales.
En el presente artículo reflexiono, precisamente, acerca del sentido holístico del controvertido término competencias, sobre la selección de las que serían profesionalmente más destacables y sobre los complejos procesos de formación de las mismas. Destaco la importancia que adquieren el pensamiento práctico y el desarrollo de procesos de interacción entre la teoría y la práctica como marco prioritario y privilegiado para la formación de competencias en el profesorado.
Punto de vista y de partida:
«Estar dispuesto a cambiar es de personas inteligentes. El inconsciente gobierna nuestra vida, y el inconsciente está formado por nuestras creencias, muchas de las cuales son falsas aunque las demos por ciertas. Tener una actitud de apertura ante todo y todos nos sitúa en mejores condiciones para seguir creciendo. Como ya dijese Keynes, «lo más difícil del mundo no es que la gente acepte nuevas ideas, sino que olvide las antiguas»; algo parecido a lo que pensaba Goethe: «Ten cuidado con lo que aprendes porque no podrás olvidarlo». Por tanto, estar abiertos al «desaprendizaje» es absolutamente imprescindible para que el verdadero aprendizaje tenga lugar. Muchas veces, lo que pensamos que conocemos es lo que realmente nos impide aprender.» —Bertrand Arthur William Russell (1872-1970), Matemático, filósofo, escritor
Por lo antedicho, es crucial que los educadores del futuro estén equipados con las herramientas y conocimientos necesarios para implementar métodos innovadores en el aula.
La formación actual de los educadores, implementada en el escenario de Gordon Academic College-Haifa, se centró en tres pilares fundamentales:
Entre las metodologías innovadoras que los educadores del futuro deben dominar y que he llevado a la práctica, se encuentran:
Estas metodologías activas e innovadoras buscan hacer la educación más participativa, inclusiva, relevante y efectiva, preparando mejor a los docentes para los desafíos del presente y del futuro cercano. Cabe señalar que la efectividad de estas metodologías puede variar según el contexto educativo y las necesidades específicas de cada colectivo humano.
Es evidente que la tecnología juega un papel fundamental en la formación de los educadores del futuro, transformando tanto los métodos de enseñanza como las habilidades que los docentes necesitan conocer y desarrollar. Un nuevo integrante irrumpió en la escena: la Inteligencia Artificial (IA), y se ha consolidado como herramienta educativa. La Inteligencia Artificial (IA) proporciona el potencial necesario para abordar algunos de los desafíos mayores de la educación actual, innovar las prácticas de enseñanza y aprendizaje y acelerar el progreso para la consecución del ODS 4.
La primera orientación global de la UNESCO sobre IA en educación apunta a apoyar a los países en la implementación de acciones inmediatas, la planificación de políticas de largo plazo y el desarrollo de capacidades humanas para garantizar una visión de estas nuevas tecnologías centrada en el ser humano.
En pocas palabras, la tecnología está redefiniendo el rol del educador, pasando de ser un mero transmisor de conocimientos a un facilitador, guía y diseñador de experiencias de aprendizaje innovadoras y personalizadas. La formación de los educadores del futuro debe centrarse en desarrollar estas competencias digitales y pedagógicas para aprovechar al máximo el potencial de la tecnología en la educación.
¿Cómo medir el impacto de las metodologías innovadoras en el aprendizaje?
Sugerencias, enfoques y herramientas a utilizar:
Es importante destacar que la medición del impacto debe ser un proceso continuo y adaptativo. Los educadores deben estar dispuestos a iterar y mejorar sus estrategias basándose en los resultados de la evaluación. Además, es fundamental considerar múltiples fuentes de datos y métodos de evaluación para obtener una imagen completa y precisa del impacto de los métodos innovadores en el aprendizaje.
Principales desafíos que enfrentan los educadores al implementar metodologías innovadoras:
Para superar estos retos y desafíos, es crucial proporcionar y contar con apoyo institucional, desarrollo y actualización profesional continuo, recursos adecuados y, en especial, fomentar una cultura de innovación y mejora continua en las instituciones educativas.
Concluyendo, un 40% de esta última promoción ya ha logrado insertarse en diversos marcos educativos, y próximamente estará implementando los aprendizajes adquiridos, motivando a sus estudiantes mediante el uso de metodologías innovadoras y recursos tecnológicos avanzados. Confiamos en recibir, al cabo de los primeros meses de inicio del ciclo lectivo, sus comentarios y vivencias, que serán compartidos en un segundo artículo. En este espacio, analizaremos tanto los éxitos alcanzados como las áreas de mejora, consolidando así el camino hacia una educación más efectiva y transformadora.